ETF vs ETC ¿Cuál te conviene más a la hora de invertir?
A medida que el mundo de la inversión se vuelve más accesible y digital, cada vez escuchamos más siglas y productos financieros que prometen simplificar la forma en la que invertimos. Entre ellos, dos destacan por su popularidad: los ETFs y ETCs.
A primera vista pueden parecer casi lo mismo —ambos cotizan en bolsa, se compran como si fueran acciones y permiten diversificar con facilidad—, pero bajo la superficie esconden diferencias muy importantes en su estructura, funcionamiento y nivel de riesgo.
En este artículo vamos a ver qué es exactamente un ETF, qué es un ETC, cómo funcionan, ejemplos de cada uno y, sobre todo, en qué se diferencian y cuándo conviene invertir en uno u otro.

Qué es un ETF (Exchange Traded Fund) 💼
Un ETF o Exchange Traded Fund es un fondo de inversión que cotiza en bolsa. Es decir, combina lo mejor de dos mundos: la diversificación de un fondo y la facilidad de compraventa de una acción.
Cuando compras un ETF, en realidad estás comprando una pequeña parte de una cesta de activos: pueden ser acciones, bonos, divisas o incluso una combinación de ellos. Su objetivo principal es replicar el comportamiento de un índice o de un mercado determinado.
Por ejemplo, si inviertes en un ETF que replica el S&P 500, estás invirtiendo indirectamente en las 500 mayores empresas de Estados Unidos. Si el índice sube, tu ETF sube; si el índice baja, tu ETF baja.
Características clave de los ETF
- Diversificación automática: con una sola operación puedes invertir en decenas o cientos de activos distintos.
- Cotizan en tiempo real: a diferencia de los fondos tradicionales, puedes comprarlos y venderlos en cualquier momento durante la jornada bursátil.
- Costes reducidos: al ser productos de gestión pasiva (en la mayoría de los casos), las comisiones suelen ser muy bajas.
- Transparencia: la mayoría de los ETFs publican cada día su composición exacta.
- Liquidez: su cotización en bolsa facilita entrar y salir sin complicaciones.
Tipos de ETF
- ETF de renta variable: replican índices bursátiles como el S&P 500, el Euro Stoxx 50 o el MSCI World.
- ETF de renta fija: invierten en bonos gubernamentales o corporativos.
- ETF sectoriales o temáticos: centrados en sectores concretos (tecnología, energía, salud, etc.) o tendencias (inteligencia artificial, energías renovables…).
- ETF de gestión activa: aunque menos comunes, intentan batir al mercado en lugar de replicarlo.
Ventajas y riesgos de un ETF
Ventajas:
- Acceso fácil y barato a mercados globales.
- Gran diversificación incluso con poco dinero.
- Liquidez y transparencia.
- Fiscalidad eficiente (puedes vender cuando quieras sin retenciones hasta materializar ganancias).
Riesgos:
- El mismo que el del mercado subyacente: si el índice cae, el ETF también.
- Tracking error: a veces el ETF no replica al 100 % el índice por costes o fricciones operativas.
- En algunos ETFs sintéticos (replican mediante derivados), puede existir riesgo de contrapartida.
Qué es un ETC (Exchange Traded Commodity) 🏅
Un ETC, o Exchange Traded Commodity, es un instrumento financiero cotizado que permite invertir en materias primas o commodities como el oro, la plata, el petróleo o el gas natural.
A diferencia del ETF, que suele tener forma de fondo de inversión, el ETC no es un fondo, sino un título de deuda emitido por una entidad. Su objetivo es replicar el precio de una materia prima o de un índice de materias primas, pero su estructura legal es distinta.
Cómo funciona un ETC
Cuando inviertes en un ETC de oro, por ejemplo, no estás comprando directamente lingotes, sino un producto que sigue el precio del oro. El emisor del ETC puede respaldar su valor de dos maneras:
- ETC respaldado físicamente: el emisor mantiene una reserva física de la materia prima (por ejemplo, lingotes de oro en una cámara acorazada).
- ETC sintético: el emisor replica el precio mediante derivados financieros (como futuros).
Ambos tipos buscan que el precio del ETC se mueva igual que la materia prima subyacente, pero la forma en que lo logran —y el riesgo asociado— varía.
Características clave de los ETC
- Exposición directa a materias primas: permiten invertir fácilmente en activos que, de otro modo, serían difíciles de adquirir.
- Cotizan en bolsa: al igual que los ETFs, se compran y venden en mercados secundarios durante toda la jornada.
- No suelen estar diversificados: un ETC puede centrarse en una sola materia prima, por ejemplo, “oro”, “petróleo” o “plata”.
- Pueden estar apalancados o inversos: existen ETCs que amplifican los movimientos del precio (x2, x3) o que se mueven en sentido contrario.
- Riesgo de emisor: al ser productos de deuda, dependen de la solvencia del emisor.
Ejemplos de ETC
- ETC de oro físico: mantiene reservas de oro en bóvedas y replica su precio al contado.
- ETC de petróleo: replica el precio del barril mediante contratos de futuros.
- ETC de plata o paladio: permiten acceder a metales preciosos industriales.
- ETC de energías: replican el comportamiento del gas natural o la electricidad.
Ventajas y riesgos de un ETC
Ventajas:
- Acceso sencillo a materias primas.
- Cotización en tiempo real, igual que una acción.
- Posibilidad de diversificar la cartera fuera de renta variable y renta fija.
- Herramienta útil para cubrir riesgos inflacionarios.
Riesgos:
- Riesgo de emisor: si la entidad emisora quiebra, podrías no recuperar tu inversión.
- Alta volatilidad: las materias primas pueden fluctuar de forma muy brusca.
- Costes ocultos: almacenamiento, mantenimiento o renovación de contratos de futuros.
- Estructura compleja: algunos ETCs utilizan derivados difíciles de entender para un inversor minorista.
Diferencias principales entre un ETF y un ETC ⚖️
Aunque a simple vista ambos parezcan “productos cotizados”, sus diferencias son notables. Veámoslas una por una:
1. Naturaleza del activo subyacente
- ETF: invierte en una cesta de activos financieros como acciones o bonos.
- ETC: replica el precio de una materia prima o grupo de materias primas.
En resumen: los ETF son “fondos” diversificados, mientras que los ETC son “certificados” ligados a commodities.
2. Estructura legal
- ETF: tiene la forma jurídica de un fondo de inversión, por lo que los activos están separados del balance de la gestora. Si el emisor quiebra, los activos siguen siendo de los inversores.
- ETC: es un instrumento de deuda respaldado (o no) por activos físicos, y el inversor asume un riesgo de crédito frente al emisor.
Esta es una de las diferencias más importantes: la seguridad estructural del ETF es generalmente mayor que la del ETC.
3. Diversificación
- ETF: replica índices compuestos por muchos activos. Por ejemplo, un ETF del Euro Stoxx 50 te expone a 50 empresas distintas.
- ETC: puede centrarse en una única materia prima, como el oro o el petróleo, lo que implica mayor concentración de riesgo.
Por eso, los ETC suelen ser un complemento de cartera, mientras que los ETF son la base de una estrategia de inversión diversificada.
4. Riesgos asumidos
- En un ETF, el riesgo principal es el comportamiento del mercado subyacente.
- En un ETC, además de ese riesgo de mercado, existe el riesgo de insolvencia del emisor y, en productos sintéticos, también el riesgo de contrapartida.
Por tanto, un ETC puede tener más volatilidad y un perfil de riesgo más elevado.
5. Objetivo de inversión
- Los ETF se usan para invertir a medio y largo plazo en mercados amplios, buscando estabilidad y diversificación.
- Los ETC suelen emplearse con un enfoque más táctico o especulativo: para cubrirse frente a la inflación, apostar por la subida de una materia prima o diversificar temporalmente.
6. Costes
- Los ETF de índices grandes (como el MSCI World o el S&P 500) tienen comisiones anuales muy bajas, a menudo por debajo del 0,20 %.
- Los ETC suelen tener costes algo más altos, especialmente si implican almacenamiento físico (oro, plata) o renovación de contratos de futuros (petróleo, gas).
7. Fiscalidad y operativa
Ambos cotizan en bolsa y se compran igual que una acción, pero su fiscalidad puede variar según el país y la estructura. En general:
- Los ETF tributan como fondos o acciones dependiendo de su regulación.
- Los ETC suelen tributar como instrumentos de deuda o derivados.
Por tanto, conviene revisar la documentación del producto antes de invertir para conocer su tratamiento fiscal exacto.
Ejemplo práctico: cómo se comportan 💰
Imagina que tienes 10 000 € para invertir y dudas entre un ETF y un ETC.
- Si eliges un ETF del MSCI World, tu dinero se reparte entre más de 1 500 empresas de todo el mundo. En un año bueno del mercado global, puedes obtener una rentabilidad del 8 %, y en un año malo, una caída del 10 %.
- Si eliges un ETC de petróleo, tu rentabilidad dependerá únicamente del precio del crudo. Si el petróleo sube un 20 %, tu inversión también subirá; pero si el precio se desploma un 30 %, perderás en la misma proporción.
El ETF ofrece una evolución más estable y predecible; el ETC, en cambio, puede ofrecer ganancias rápidas, pero también pérdidas importantes. Por eso, el perfil de riesgo es completamente distinto.
Cuándo conviene invertir en un ETF 📊
Un ETF es ideal cuando:
- Quieres invertir a largo plazo.
- Buscas diversificación global con un solo producto.
- Deseas minimizar comisiones y complicaciones.
- Prefieres asumir solo riesgo de mercado, no de emisor.
Por ejemplo, alguien que quiere construir una cartera equilibrada podría invertir el 80 % en ETFs de renta variable y renta fija, y dejar el 20 % restante para otros activos complementarios.
Cuándo conviene invertir en un ETC 🪙
Un ETC tiene más sentido cuando:
- Quieres invertir en una materia prima específica (oro, plata, petróleo, etc.).
- Buscas proteger tu cartera contra la inflación (por ejemplo, con oro).
- Tienes una visión táctica o especulativa sobre un mercado concreto.
- Estás dispuesto a asumir un riesgo mayor a cambio de un potencial de rentabilidad más alto.
Por ejemplo, muchos inversores incluyen un pequeño porcentaje (5-10 %) de ETCs de oro en su cartera como refugio frente a la inflación o las crisis.
ETF y ETC: enemigos o aliados 🤝
A menudo se habla de “ETF vs ETC” como si fueran productos opuestos, pero en realidad pueden complementarse perfectamente.
- El ETF puede representar la base estable y diversificada de tu cartera.
- El ETC puede ser un componente táctico o de cobertura frente a determinadas situaciones (como subidas de materias primas o inflación).
La clave está en mantener el equilibrio y entender qué papel cumple cada uno.
Conclusión 🧠
Aunque los ETF y los ETC comparten un nombre similar y una operativa parecida, sus diferencias estructurales son enormes.
- Los ETF son fondos cotizados que replican índices diversificados de acciones o bonos, ofrecen seguridad jurídica y son ideales para estrategias de largo plazo.
- Los ETC son instrumentos de deuda que replican materias primas, pueden tener riesgo de emisor y son más adecuados para posiciones tácticas o de diversificación.
En pocas palabras:
👉 ETF = diversificación, estabilidad y bajo coste.
👉 ETC = exposición directa, riesgo y oportunidad.
Ambos pueden formar parte de una buena estrategia de inversión, siempre que se comprendan sus riesgos y se ajusten al perfil de cada inversor.


